Vania Kawell, escritora de prosa inocente y romántica, junto a la talentosa ilustradora Konna-Nani, se han unido para contarnos una historia mágica y trascendente acerca de la travesía de una princesa en un mundo ajeno y sombrío que, poco a poco, va afectando su buen ánimo.
Valiéndose del arte de la poesía y el dibujo, el lector podrá sumergirse en una fábula que nos remitirá a nuestros propios momentos de melancolía, y la ansiosa espera de un amor que no llega.
Temas muchas veces evitados como la depresión y el deseo de morir tienen amplia cabida en este libro, como una forma de abordar, a través del arte, aquello de lo que no se quiere hablar en la cotidianidad de las relaciones humanas, ya sea por miedo, vergüenza y falta de confianza.
Quien alguna vez ha sentido las llagas que deja el desamor, y ese extraño sentido de absurdo que provoca vivir en este mundo, ciertamente encontrará en las páginas de este libro el consuelo de saber que no está solo; que, a pesar de las distancias, nuestros corazones humanos laten en unidad y sintonía.
Valiéndose del arte de la poesía y el dibujo, el lector podrá sumergirse en una fábula que nos remitirá a nuestros propios momentos de melancolía, y la ansiosa espera de un amor que no llega.
Temas muchas veces evitados como la depresión y el deseo de morir tienen amplia cabida en este libro, como una forma de abordar, a través del arte, aquello de lo que no se quiere hablar en la cotidianidad de las relaciones humanas, ya sea por miedo, vergüenza y falta de confianza.
Quien alguna vez ha sentido las llagas que deja el desamor, y ese extraño sentido de absurdo que provoca vivir en este mundo, ciertamente encontrará en las páginas de este libro el consuelo de saber que no está solo; que, a pesar de las distancias, nuestros corazones humanos laten en unidad y sintonía.